Podría ser la escena de una película de acción. Pero se trata de uno de los puntos en los que más dinero está invirtiendo el gobierno ruso para que nadie, absolutamente nadie, le arruine la organización de la Gran Fiesta del fútbol. Con la participación de la policía, guardia nacional y el Servicio de Seguridad de Rusia (FSB, por su sigla en ruso, pero que todos conocen como la ex KGB), se organizó el simulacro de atentado terrorista más complejo que se recuerde en una Copa del Mundo de la FIFA.